SENTIMIENTOS ENCONTRADOS...

Desde ayer hemos visto las imágenes de los medios de comunicación de Colombia y del mundo, los cuales nos han presentado segundo tras segundo información sobre la liberación de los 15 rehenes quienes estuvieron en poder de las FARC durante 6 a 10 años, un logro del ejército colombiano para devolverle su libertad y su dignidad a estos seres humanos.

Lo que más ha llamado mi atención y me ha hecho comentarles en esta ocasión es los sentimientos encontrados a través de cada una de las imágenes, que todos nosotros los simples espectadores hemos sentido al observar estos momentos en nuestros televisores. Son tantas emociones y estoy consciente de que la primera que aflora en nosotros los televidentes son las lágrimas, de alegría, de tristeza, de pesar por el tiempo perdido de estos personajes y de sus familiares, así como una confusión por todo lo que ha pasado. Nos hacen sentirnos como parte de ese momento, nos hacen acercarnos un poco a aquellos personajes que han pasado tantas viscitudes, tantas tribulaciones, tantas miserias a través de un hecho tan grotesco, como lo puede ser el flagelo del secuestro.

Desde nuestra naturaleza humana, se nos hace difícil comprender que a un ser humano igual que nosotros se le prive de lo más importante en su vida "la libertad". La Declaración Universal de Derechos Humanos proclama en su Artículo 3: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona". Entonces como pueden explicar estos guerrilleros que sus acciones basadas en el secuestro puedan ser parte de una causa justa, de una lucha por justicia. Que ilusos, desde hace mucho tiempo han perdido el norte, han caído en el barbarismo y el salvajismo, los tratos inhumanos lo demuestran, solamente de pensar que puedan tener a los secuestrados sin alimentos, sin medicamentos, con cadenas en el cuello, amarrados unos a otros hasta cuando van a dormir, solamente por miedo a que logren escapar, es una imagen que en cualquier mente humana se transforma en terror nada más de pensarlo.

Todos esos años en los cuales, los padres, madres, hijos, sobrinos, abuelos, tíos, han tenido que realizar sus actividades cotidianas sin la persona secuestrada, quien les retribuye esos momentos en que hicieron falta sus seres queridos, porque estos estaban perdidos en medio de la selva, enfermos, pasando trabajos, recibiendo humillaciones y vejamenes de una guerrilla, es que acaso estos seres no tienen familia...? Quien puede explicarle a un niño que su papá o su mamá no puede estar allí a su lado por causa de un secuestro, que no puede celebrar el día de su cumpleaños, el día que hizo la primera comunión, el día que cumplió 15 años, o el día en que es mayor de edad, entenderán estos pequeños que significa esto o por qué...?

Lágrimas, tristeza, alegría, confusión, rabia, ira, rencor, temor, son algunas de las emociones y sentimientos encontrados que sienten los que han vuelto a la vida y sus familiares, porque a pesar de que damos gracias a Dios y a la Virgen María por el milagro realizado, las heridas no son tan sencillas de curar. Si bien es cierto que no hay marcha atrás y que el tiempo todo lo cura, no podemos dejar de sentir que no estamos solos, que en medio de todo el dolor y de todo el sufrimiento de nuestros hermanos, nosotros los seres humanos estamos conectados por sentimientos encontrados y por esa sensación de que somos parte de un todo... Un saludo en la distancia...

Jean TP