lunes, 11 de enero de 2010

CARAS VEMOS...CORAZONES NO SABEMOS!!!


Empezamos el año positivos, optimistas, dándole duro a los propósitos que todos colocamos en nuestras listas de inicio de año nuevo. Es increíble todo lo que la gente es capaz de proponerse, metas por doquier y con muchas ganas de resultados exitosos. Realmente esto me pone a pensar en nuestro potencial como luchadores aguerridos, como peleadores incansables y como personajes con una perseverancia y una constancia a prueba de todo. Ahora bien, me importan los medios que tengo a mi alrededor para lograr lo que me propuse? Soy capaz de lo que sea y estoy dispuesto a cualquier cosa con tal de llegar a mi meta? Haciendo un análisis de mi comportamiento, me pregunto si en el fondo soy un diplomático o realmente soy un hipócrita?

Aquí es donde me siento sorprendida al descubrir las multiples facetas de los seres humanos, en especial la de la hipocresía que a veces se escuda bajo el adjetivo de diplomacia. Estuve durante muchos años involucrada en un entorno diplomático, por asuntos de trabajo y realmente es muy distinto lo que uno logra entrever en cada situación. El comportamiento de un diplomatico dista mucho de ser similar al comportamiento de un hipócrita. El diplomatico debe seguir ciertas normas y reglas de un protocolo, muchas veces estas reglas manejan situaciones que ayudan a las personas a salir airosas evitando causar roces. En cambio el comportamiento de un hipócrita es altamente nocivo, se nota de inmediato y el resultado esperado es causar daños y perjuicios.

Cuando alguien está hablando de otra persona y esta no se encuentra en esos momentos presentes, la persona diplomatica trata de cambiar el tema o presenta una excusa y se retira del lugar. El hipócrita, se queda callado, jamás cambia el tema y por nada del mundo se pierde de recibir toda esta información, porque en su interior está absorbiendo todo lo que lo ayude a sus planes malévolos, es más hasta puede hacer comentarios defendiendo a la persona que no está y de la cual se está hablando, para luego más adelante soltar lo que escuchó con otras personas con alevosía y premeditación, sin saber si esta información es verídica, o viene de una fuente confiable.

Cuando uno utiliza la diplomacia para manejarse en público, se convierte en alguien con la cual se puede mantener una conversación porque sabemos hay prudencia, hay reserva y se trata de respetar la intimidad de los demás. En cambio el hipócrita, no le interesa la prudencia, al contrario, es totalmente imprudente, es deshonesto, desleal y finge lo que no siente, su sinceridad es de mal gusto y mala educación, se escuda en un comportamiento sutil y bondadoso, se hace indispensable para luego causar daños en la integridad de las personas.

Según la Real Academia de la Lengua, el significado de diplomatico es:--"Habilidad, sagacidad y disimulo.-Cortesía aparente e interesada. En cambio el significado de "hipocrita es: "Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan." Hipócrita es el que desempeña un papel, según la etimología griega. El que vive bajo su “actuación” una verdad diferente de la que muestra. El que es algo diferente debajo (hypo es en griego debajo) de la capa superficial. Los hipócritas son seres bajos, crueles, fríos, déspotas, que manejan una doble careta que a veces nos impide darnos cuenta a tiempo de la clase de gente que realmente hay detrás de bambalinas.

Si bien es cierto que en muchísimas ocasiones vale la pena ser diplomático, ya que de esta forma evitamos caer en situaciones inequívocas y causarle daños a otras personas, en otras ocasiones el ser diplomático nos hace aparecer como personas totalmente frías e indolentes, como si no tuvieramos sentimientos y no nos importara lo que están pasando los demás. Me refiero en aquellos casos en los cuales encontramos personas que están pasando momentos de sufrimiento y pena, lo ideal es mantenemos a una distancia prudente mostrando cortesía, máxime si no conocemos mucho a esas personas, pero si somos amigos, el panorama cambia totalmente ya que tenemos que mostrarnos sinceros, confidentes y dar el apoyo incondicional que se espera de nosotros.

Para los hipócritas, muy por el contrario, a ellos les encanta escudarse en la hipocresía, porque detrás de esa cara angelical, se encuentra su verdadadera naturaleza despiadada y cruel, suenan duro estos adjetivos, pero los hipócritas son lobos con piel de oveja y el daño que pueden causar es muchas veces tan fuerte e intenso que puede lastimar a una persona de por vida. Su forma de actuar, les permite lograr y conseguir todas las cosas que les interesan, recabar información importante para luego usarla como un arma de doble filo. Son expertos en la estrategia del mejor amigo de los demás y realmente en el fondo no lo son, al contrario, se aprovechan de la buena voluntad de los demás para luego dar el zarpazo o la estocada final.

Suena dificil confiar totalmente en otra persona, darle en bandeja de plata nuestra alma y corazón, creer fielmente en su palabra, para luego encontrarse con la encantadora sorpresa de que esa persona es alguien que jugó con nosotros, que solamente quería sacar algo de provecho, el mero interés como dicen muchos por allí. Por eso digo yo, que es importante aprender a utilizar nuestro filtro, ese filtro que todos tenemos y que se llama intuición, las mujeres principalmente que casi nunca nos equivocamos cuando sentimos ese aguijoncito dentro y que nos dice que esto va por mal camino o que nos "huele mal".

No tengamos miedo de evaluar nuestras relaciones amorosas, familiares, amistosas, de trabajo, de estudio, quienes son realmente las personas que nos rodean, quienes son los que nos aprecian y que llegan a nuestras vidas desinteresadamente. Esto me trae a la memoria el famoso Triple Filtro del Rotary Club, la idea es conocerlo y aprender a manejarlo cada vez que queremos comentar, hablar o decir algo de alguien:
1. El Filtro de la Verdad: Estás seguro de lo que vas a
decirme es cierto?
2. El Filtro de la Bondad: Es algo bueno lo que vas a decirme
de mi amigo?
3. El Filtro de la Utilidad: Me servirá de algo saber lo que
vas a decirme de mi amigo?
En la medida en que nos aprendamos bien este filtro, así mismo estaremos a un paso de ser mejores seres humanos y no tendrá cabida en nuestra vida la hipocresía. Si aprendemos a escuchar, aprenderemos a ver más allá de lo que se ve en la superficie, entonces daremos cabida lo que vale la pena conocer en cada persona, su interior. Si no tergiversamos ni le damos sentido a las palabras mal escuchadas, pues será muy dificil que cometamos errores, verdad? y por último, Si aceptamos nuestros defectos y cualidades, allí empezaremos a comprender a los demás... Así que manos a la obra, vale la pena!
JeanTdeP