miércoles, 27 de mayo de 2009

DESPERTAR A UN NUEVO DÍA...


Cada día abrimos los ojos y nos damos cuenta de que si bien es cierto que despertamos a un nuevo día, realmente pareciera que estamos perennemente paralizados en un día igual no importa si es del pasado o del presente. Poco a poco nuestro cerebro va enviando las señales a cada parte del cuerpo, descubriendo sensaciones y al mismo emociones que dan rienda suelta a muchos sentimientos de acuerdo a los últimos momentos vividos, o sea la noche que ya pasó o el día anterior que se fue.


Realmente si ponemos atención a ese despertar, nos daremos cuenta de que estamos abriendole paso a otro día de nuestra existencia y de que hay muchas cosas por las cuales podemos dar gracias a Dios, pero todo eso se nos olvida para dar paso a un despertar enfrascado en el dolor, en el sufrimiento, en el desamor, en la pereza, en la decepción, en la amargura, en lo infelices que somos, cuando todo eso puede cambiar con un simple pensamiento positivo.


Desde el momento que abrimos los ojos y que ponemos en actividad nuestro cerebro y nuestro cuerpo, es importante la actitud con la cual vamos a recibir el nuevo día, tenemos que conectarnos a nuestra alma y corazón, con energía positiva, con optimismo, con fé, con entusiasmo, con dinamismo, es una cuestión de segundos: abrir los ojos vs energía positiva a todo el cuerpo igual a un día lleno de sorpresas y éxitos. Por allí leí en un artículo que despertar cada día es conocer desde la fe mi pequeñez y la grandeza del amor de Dios.


Cada día trae su afán, así que para que preocuparnos de lo que va a suceder hoy o en un par de días, cada momento que pasa, hay que disfrutarlo y vivirlo intensamente, recuerden que no somos de este mundo, que somos unos simples pasajeros y que en cualquier momento lo dejaremos sin más ni más. De ti depende tomar lo más importante y disfrutar cada día como si fuera el último, despertar a un nuevo día como si fuera tu despedida...dando lo mejor de cada uno de nosotros y tratando de dejar un buen legado a los demás!


JeanTdeP

domingo, 24 de mayo de 2009

ME IMPORTA EL QUE DIRÁN...


Todos sabemos lo que es vivir en sociedad, lo que es participar de un sinfín de actividades propias de los diferentes niveles en los cuales nos desenvolvemos. Desde el momento en que despertamos a esa interacción e iniciamos la asistencia a miles de eventos y actos propios de nuestra sociedad, nos damos cuenta de que en todo momento tenemos que mostrar una careta que en muchas ocasiones no es ni parecida a la verdadera, porque hay que guardar las apariencias y estar pendientes del que dirán los demás acerca de nosotros, de lo que pensarán en relación a nuestro comportamiento y muchas veces hasta como se proyecta nuestra personalidad. No es permitido ser sincero, libre y menos mostrarnos como realmente somos, porque según las reglas de etiqueta y protocolo muchas veces rayamos en la vulgaridad, impertinencia y pedantería, convirtiendonos en los invitados "non gratos" de nuestra sociedad.


Si bien es importante que mantengamos un perfil de personas ecuánimes, serias, responsables, honestas, honorables, respetuosas y honradas, muchas veces estos perfiles no se ajustan realmente a la clase de personas que somos o que aparentamos ser, porque estamos actuando en base a lo que piensen los demás sobre mi. Es aquí donde nos damos cuenta de que estamos ante la ineludible y famosa frase "me importa el que dirán...". Tomar en cuenta lo que piensan los demás de nosotros es un arma de doble filo, porque si bien es importante conocer la opinión de cada una de las personas que nos rodean, no debe ser la guía que nos dirija en la vida y que movilice cualquier actuación nuestra. No necesitamos la aprobación de los demás para hacer tal o cual cosa. Cualquier paso que damos en nuestra vida conlleva una serie de observaciones, experiencias, datos, opiniones encontradas y situaciones, pero al final nuestro criterio debe prevalecer y mostrar nuestra verdadera naturaleza en cada paso que demos.

Hay que diferenciar el vivir pendiente de lo que piensan los demás, a recibir un consejo de una persona que merece nuestra atención por ser sabia y conocedora en algún tema del cual nosotros no tenemos conocimiento, como por ejemplo, si estamos invitados a un evento muy distinguido, y nos encontramos ante la disyuntiva de escoger un vestido que no sea demasiado llamativo o que esté fuera de foco, en este caso se hace prioritario consultar algún experto que nos ayude respecto al tema. Podemos decir que aqui estoy dandole importancia a lo que piensen los demás de mi apariencia, tomando en cuenta que es imprescindible seguir las normas de etiqueta social evitando caer en el mal gusto y de pronto aparecermos vestidas como un payaso o con ropa completamente inadecuada al evento al cual asistiremos.

Es muy diferente a la reacción que podría tener por ejemplo, al encontrarme en una velada, y darme cuenta de que un grupo de personas han estado toda la noche pendientes de mi, haciendo comentarios y soltando carcajadas con miradas insistentes sobre mi persona. Es normal que al finalizar la velada, sintamos que hemos sido víctimas de malos comentarios y burlas, entonces es aquí donde tenemos que analizar la situación y tomar las riendas de nuestro criterio, alejando esos pensamientos negativos, desechando de inmediato la aprobación de los demás en nuestras actuaciones, para que preocuparnos de esas personas y lo que piensan de nosotros, es aquí donde tenemos que cambiar nuestra forma de pensar sobre lo que dirán los demás y canalizar todo de una manera positiva manejando nuestros pensamientos. Leí hace unos años el libro "Tus Zonas Erróneas" del autor Wayne W. Dyer y en el primer capítulo hacía énfasis en este asunto de los pensamientos y como podiamos manejarlos, aquí les dejo el inicio del capítulo I:



ELIGIENDO COMO TE SENTIRÁS
Los sentimientos no son simples emociones que te suceden. Los sentimientos son reacciones que eliges tener. Si eres dueño de tus propias emociones, si las controlas, no tendrás que escoger reacciones de autoderrota. Cuando aprendas que puedes sentir lo que prefieres o eliges sentir, empezarás a encaminarte por la verdadera senda de la "inteligencia" -una senda que no tiene caminos laterales que lleven hacia el C.N. (colapso nervios) o la D.N. (depresión nerviosa)-. Esta senda es nueva porque tú considerarás a una emoción dada como una opción y no como una condición de la vida. Éste es el meollo y el alma misma de la libertad personal.



Cuando pensamos, vivimos y andamos por la vida pendientes de lo que piensan los demás y a expensas de los caprichos, estados de ánimos, intereses y deseos de las demás personas, somos personas que fácilmente pueden ser manipuladas, nos volvemos vulnerables, como si fueramos unas marionetas a merced de los demás y lo peor de todo, es que no importa lo que hagamos, lo que digamos o lo que pensemos, siempre despertaremos habladurías, tanto para bien como para mal, esa es la naturaleza del ser humano. Como bien escuché por allí "no somos monedita de oro para caerle bien a todo el mundo"... o también "de gusto los colores"... Cada uno de nosotros somos insustituibles, imprescindibles e importantes para Dios, el es el único que tiene permitido una evaluación de lo que somos, hagamos o pensemos.


A partir de hoy, piensa si vale la pena estar pendiente de lo que piensan los demás de ti, así como estar dejando expectativas en las personas para luego estar haciendo los mayores esfuerzos y no decepcionarlas al igual que no ajustarte a los deseos de estas, especialmente aquellas que merecen tu amistad, tu amor o tu compañía. Evita caer en el juego de ser admirada o querida por los demás menospreciando lo que tu sientes y piensas. Vale la pena ser uno mismo siempre y esforzarse por ser alguien mejor cada día. Recuerda que cada momento que pasa en el cual ponemos alma y corazón nos hace ser diferente a los demás. No lo olvides!

JeanTdeP